¿Has practicado alguna vez intercambio de parejas? ¿Te gustaría pero no te arriesgas a proponerlo? El intercambio de parejas es una fantasía sexual que muchos tienen, pero que exclusivamente unos cuantos se aventuran a realizar o a confesar por miedo a perder a su compañero, o a que piensen que han dejado de sentir deseo por él o ella. Sólo una gran confianza y conocimiento de la pareja puede suponer que ésta no se sienta ofendida con la proposición ¿Te atreverías?
En principio, no es tan fácil como parece encontrar a alguien dispuesto a compartir este tipo de sexualidad, en parte porque la fidelidad y la lealtad son piezas fundamentales de nuestra educación y, por otro lado, porque son muchos, especialmente las mujeres, los que no pueden separar el sexo de los sentimientos. Pero también hay que tener en cuenta que algunas de las parejas que acuden a clubes de intercambio no son realmente novios o matrimonios, sino dos amigos con ganas de divertirse. Así que sea con quien sea, vamos a “introducirnos” dentro de esta peculiar forma de relacionarse.
Es esencial conocer bien los términos y definiciones dentro de este mundo, de manera que si estáis interesados por saber qué se puede hacer en un local de intercambio de parejas voy a daros unos breves, pero profundos, consejos para principiantes.
Las dos normas primordiales son: primera, que está prohibido tocar sin tener el consentimiento de la otra persona. En el intercambio de pareja el no significa no y el quebrantamiento de esta regla puede llevar a la expulsión inmediata. Y segunda, las medidas de protección. El sexo, sea penetrativo u oral, nunca es seguro con desconocidos. Por lo tanto, el uso del preservativo es indispensable y obligatorio en este tipo de contacto sexual. De hecho, suele haber preservativos disponibles para los clientes por todas las estancias del local.
Por lo que, una vez aclarados estos dos puntos básicos, vamos al quid de la cuestión.
Se debe acudir en pareja (chico-chica), pero a las mujeres, en algunos locales, se les suele permitir entrar solas. Hay que tener en cuenta que en estos clubes la bisexualidad se limita a la mujer y las relaciones entre hombres son prácticamente inexistentes.
Comenzamos el recorrido en la antesala, donde aún podéis conservar la ropa, y donde se realizan los primeros contactos visuales. Suele haber varios relaciones públicas que ayudan a romper el hielo y que os pueden poner en contacto con la pareja que os interese, por si vosotros no os atrevéis a lanzaros.
Si lo que pretendéis es ir directos a una zona más caliente, lo primero que os dirán es que hay que despojarse de la indumentaria. No es necesario que os desnudéis por completo, pero sí que os quedéis en ropa interior para moveros por el local. En un principio puede pareceros incómodo, pero como todos se encuentran en la misma situación pronto se os pasará la vergüenza. Además ¿a qué hemos ido? Pues venga, la timidez hay que dejarla en el ropero.
¡Y ya estamos dentro! Ahora, para calentar motores, podéis limitaros a mirar a otros mientras mantienen relaciones sexuales, pues no hace falta lanzarse de cabeza el primer día (aunque por el precio de la entrada yo que vosotros aprovechaba al máximo). Y al mismo tiempo que mantenéis los ojos ocupados, empezad a darle utilidad a vuestras manos y toquetearos un poquito.
Una vez adaptados a la situación, es hora de tener sexo con tu pareja. ¡Ya vale de tanto mirar a los demás! Ahora dejad que sean ellos los que os observen, no seáis egoístas.
Si veis que el ambiente se va caldeando (que ya os digo yo que se calentará y mucho) y os apetece que alguna de las personas que os está devorando con la mirada participe, podéis optar por el soft swap, que es un intercambio ligero que sólo permite besos y sexo oral con una tercera o cuarta persona. Eso sí, en este nivel no puede haber penetración (sólo por parte de ellos, vosotros podéis meter y sacar todas las veces que queráis).
Como llegados a este punto ya estaréis dispuestos a todo y cansados de besitos y manoseos, arriesgaros a pasar al full swap, es decir, al intercambio completo. (Eso ya son palabras mayores, ¿eh?) Aquí sí está permitido el coito con alguien distinto a la pareja. Es decir, a lo que realmente hemos acudido al local, para qué vamos a engañarnos.
Finalmente, para aquellos a quienes lo anterior les haya sabido a poco y que resuelvan soltarse la melena, está el sexo en grupo, que puede implicar a todos los presentes. Eso sí, no están incluidos los camareros ni el personal de la sala, que sé de más de uno que llega allí y se cree que todo el monte es orégano. Aunque a estas alturas de la película, y si es vuestro primer día, supongo que ya os habréis corrido tanto que tendréis ganas de dejar algo para la próxima (si es que no os habéis quedado en alguna de las etapas anteriores).
Estas han sido unas líneas muy generales del recorrido, ya que en estos locales hay infinidad de posibilidades: jacuzzi, cuarto oscuro, concursos y fiestas temáticas… Eso ya depende del club y del día en que acudas. Lo mejor es llamar e informarse antes de cómo es el lugar para no llevarse sorpresas.
Pero el intercambio de parejas no siempre tiene por qué hacerse en estos locales. Hay muchas personas que prefieren que sea más íntimo, si es que eso es posible, y deciden descubrirlo en casa con alguna pareja amiga o buscando por Internet parejas con los mismos gustos. Lo que hay que tener muy claro es el grado de confianza entre vosotros y que ambos estéis de acuerdo, pues lo que comienza como pura diversión o una manera de explorar nuevas sensaciones puede convertirse en algo que mine la confianza de ambos y terminar rompiendo la pareja.
Como conclusión, y dejando a un lado las controversias que puedan generar estas experiencias… ¿Quién se anima a probar
[…] sexuales con otra persona. No se trata de un trío, ya que esta persona no participa, y tampoco es un intercambio de parejas o swinger puesto que sólo uno de los dos tiene […]