A pesar de que estoy convencida de que no es la genética lo que hace una familia, que los padres y los hijos no deben necesariamente compartir ADN para amarse y cuidarse toda una vida, entiendo perfectamente el duelo genético por el que algunas mujeres pasan cuando descubren que no pueden tener hijos con sus propios óvulos.
Somos muchas las que cuando decidimos embarazarnos, descubrimos que el tiempo nos ha jugado en contra y que no es posible gestar a un bebé con óvulos propios. Muchas lesbianas tenemos la suerte de que a pesar de no contar con óvulos de calidad, tenemos una novia que sí, y que es a partir de sus ovocitos que conseguimos engendrar a nuestros hijos.
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Pero también hay casos, en parejas de lesbianas, donde ninguna puede aportar su genética, ya sea por la baja reserva ovárica o por alguna enfermedad.
Hasta ahora cuando esto sucedía seguíamos teniendo opciones para ser mamás. Recurrir a la ovodonación, consiguiendo un embarazo gracias al óvulo de alguna donante, o mediante al tratamiento de adopción de embriones.
Tanto la ovodonación como la adopción de un embriones conllevaban a su vez el duelo genético, que en algunos casos puede ser apenas perceptible y en otros ser doloroso.
Todo esto ha cambiado actualmente puesto que IVI ha desarrollado 3 técnicas que abren la puerta de la esperanza cuando creíamos que ya no había forma de conseguir ser madres con la genética propia
IVI, el grupo de especialistas en reproducción asistida más grande de España, ha presentado los resultados de una ambiciosa investigación: IVI Regenera, que nos permite rejuvenecer nuestros óvulos y así conseguir un embarazo con nuestros propios ovocitos.
Las técnicas de regeneración, que normalmente consisten en inyecciones de plasma o células madres en los ovarios, tardan entre 2 y 6 meses en presentar resultados para mejorar la reserva ovárica o recuperar la función de éste.
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“Los datos de los que disponemos actualmente indican que las pacientes que se someten a un procedimiento de rejuvenecimiento ovárico pueden experimentar un aumento de los niveles de la hormona antimülleriana, que a su vez están asociados con la posibilidad de obtener más ovocitos durante la punción”, sostiene Miguel Muñoz, director de IVI Alicante y del Centro de Excelencia IVI.
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