Yo soy la madre no gestante

Mi hijo no nació de mi vientre, sí de mi corazón

– ¿Lo sientes como hijo?

Soy su mamá, ES mi hijo

– Me refiero a la parte genética, como la mamá biológica es Blanca y el semen es de un desconocido…

Esa conversación fue muy violenta para mi. Sobre todo porque la tuve con una prima a la que quiero mucho y considero una hermana. Se produjo dos días después de que nació mi hijo Daniel y yo aún estaba eufórica por la maternidad. Fue como un balde de agua fría, descubrir que la sociedad da un valor brutal a aspectos que realmente no lo tienen.

Blanca es mi esposa y a nuestro pequeño, Daniel, lo concebimos de la siguiente manera: fuimos a una clínica de fertilidad y nos informamos sobre nuestras opciones. Decidimos una fecundación in vitro. ¿Quién se embarazaba? A las dos nos apetecía vivirlo, es verdad, pero a ella más. ¿De quién serían los óvulos? A mi me da daba igual y en cierta manera me encantaba la idea de que fueran sus óvulos, estoy enamorada, creo que es preciosa y me hacía ilusión pequeñas versiones de ella. Usamos sus óvulos y se embarazó ella.

Los óvulos se fecundaron con semen de donante, del banco danés Cryos. Fecundamos 8 óvulos de buena calidad. Transfirieron dos a su útero. Solo uno prosperó: Dani.

mamá no gestante

Desde que el test de embarazo marcó positivo, hasta que escuchamos su corazón por primera vez en una ecografía, desde que lo vi salir del cuerpo de Blanca hasta que le di su primera papilla de frutas, desde el momento en que metí en la bañera con él por primera vez hasta anoche que lo bañé junto a sus patos de plástico, en cada momento trascendental como cotidiano he sentido que Dani es absoluta y completamente mi hijo, tanto como lo es de Blanca. No salió de mi cuerpo, pero sí de mi corazón.

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¿Quién es el donante para nosotras? De ninguna manera un padre. Es un hombre del que nos sentimos muy agradecidas y del que seguramente Dani ha heredado sus grandes ojos azules. ¿Qué es el óvulo de Blanca para nosotras? Es el punto de partida de nuestro bebé, de donde ha salido la forma ovalada de su cara, la pequeña nariz y el pelo castaño rizado.

Durante sus primeros 18 meses de vida Dani tuvo mayor apego con Blanca. Por supuesto que tenía que ser así, Dani y Blanca estaban muy conectados con la lactancia. Una vez escuchamos un comentario desubicado de una conocida, que decía que ese apego de Dani con Blanca era porque sentía que ella era su mamá. Toda la gente que estaba presente la fulminó con la mirada. Alguien le recordó que su hija tenía la misma relación con su padre que Dani conmigo cuando era bebé. Ahí recién lo comprendió.

Dani tiene 30 meses. Tiene dos mamás y es un niño feliz, cariñoso. Es ordenado y meticuloso como yo y le gusta cantar y bailar como a Blanca. Tiene cosas, frases de las dos, y cosas propias, de él, de su personalidad maravillosa.

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Hay cosas que prefiere hacer conmigo, mamá, y cosas que prefiere hacer con mami. Y aunque es la misma manera en la que se comporta un niño que tiene mamá y papá, siento que las familias homoparentales estamos más expuestas a la crítica fácil.

Nuestra familia no está determinada por la genética, como otras. Está determinada por el amor. En 2020 vamos a por otro bebé. Esta vez intentaré embarazarme yo con otro de nuestros embriones congelados. Y si no resulta volverá a ser Blanca la que porte a nuestro bebé. ¿Qué más da?

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