Digo particular porque de lo más bonito del amor es que cada historia, aunque pueda ser similar a alguna otra, siempre, siempre resulta única. Nuestra historia.
Lo primero que se quiere saber es dónde nos conocimos: en su país, de Erasmus. Yo tenía una beca de Erasmus en la República Checa. No era yo muy de fiestas, ni de ligar en fiestas, soy bastante “rara”, si he de ser sincera…
Y con rara, lo pondré como se lo expliqué a ella: “Desde mi punto de vista y la idea en la que está basado eso de ‘rara’ es básicamente el hecho de que tú eres normal cuando generalmente haces ‘cosas normales’, y haces esto, en mi opinión, cuando haces lo que la mayoría de la sociedad hace, o piensa que tienes que hacer, por ejemplo: ‘ir vestida’.” (No voy desnuda, pero me gusta de vez en cuando algo de desobediencia civil…)
Desde el primer momento que la vi me enamoré de su belleza. Pero su belleza no era sólo su pelo rubio, sus ojos azules, su cuerpo… Ella tenía algo más. Ella rezumaba por todos los poros esa felicidad, esa locura, aquella sonrisa… eso especial que sólo una persona tiene y nadie más. Siempre, no sé por qué había tenido manía (injustificada), a las rubias… Por eso y todas las mariposas de mi estómago, supe que algo pasó al ver a esa chica.
Lo importante de esta historia, sin embargo, no es cómo, dónde ni por qué nos conocimos, aunque influya mucho en la misma historia… Lo que merecería la pena contar es cómo luché y lucho por su amor… Y cómo, algo injusto totalmente ajeno a nuestras posibilidades y cruelmente doloroso como lo es LA DISTANCIA, el hecho de haber nacido en países diferentes, algo que nadie elige, puede hacer imposible o muy, muy difícil el amor. Por muy grande, puro y cierto que este sea.
El amor romántico puede ser peligroso pero si el destino a veces te hace difícil conseguir aquello que te hará feliz, yo siempre he pensado que la vida es corta para tener miedos. Como he dicho antes, “rara” (weird) me define bastante bien. No hay mucha gente que te haga feliz de verdad en el mundo, y menos cuando tú misma sabes que eres “algo complicada”. Por este motivo he de decir de corazón que cuando alguien o algo te haga feliz debes luchar por esto, sin que tu fuerza te destroce a ti, pero con el corazón puro de una niña que conoce que la felicidad es la invención más ansiada del ser humano.
El miedo, eso si, destroza vidas, destroza sueños, destroza personas… (miedo a salir del armario, miedo de ser tú misma, miedo a amar de verdad, miedo a fallar…). Mi curiosa forma de ver la sociología (ciencia que estudia las relaciones de los seres humanos) es esta:
Cada día tenemos que luchar contra lo que somos…
Por eso nadie gana… ¡nunca!
En esa lucha eterna del ser humano contra sí mismo… yo…
yo…
Sólo busco la salida en tus ojos aun sabiendo que lo mas probable es que me hundan en la más ultrajante y vil mentira que el mismo ser humano sintiéndose desgraciado en ese su sinsentido ha inventado
El desquiciante y codicioso amor… la más ansiada y cruel locura del ser humano…
Y yo, soy avergonzado cómplice…
Y como, sin embargo, esa mentira se convierte en la única verdad, cuando en la vida voy siempre buscando mi excusa, mi oportunidad, mi musa, algo que me libere, pues me da miedo que la vida no espere…
Con este artículo, aparte de expresar una pequeña parte de mí, de declarar mi amor incondicional y su idílico aunque siempre insostenible porqué (¡tan subjetivo!), quería dar una pequeña ventanilla de salida al amor, ese amor que se está ahogando entre los miedos, que tan puro lo sentimos, pero que se está perdiendo, por vagancia, por corrupción de los nuevos valores, demasiado usados… demasiado “de mentira”…
Ese amor real no es “de cuento” ni utopico, para nada, el mismo amor que hace a una madre salvar a su hijo de una bala en una guerra, ese amor que nos hace luchar cada día por nuestros sueños…
Ese amor que ojalá pudiera compartir contigo: Kristýna. Gracias.
Y gracias a MíraLES por esta oportunidad y por la visibilidad que dan a gente que como yo es mujer y amamos a una mujer.
Buenas! Me gustaría contaros mi historia por si la queréis publicar o lo que sea.. La dejo por aquí mismo, va?
“Bueno, mi historia de amor es tan peculiar que no puedo contarla tal cual porque si lo lee “ella” se daría cuenta que soy yo… Y no sé si me mataría o se acojonaría al leer tantos sentimientos.
Por tanto voy a limitarme a expresar lo que ella me hace sentir.
Ella es… Preciosa. Es hermosa de la cabeza a los pies. Tiene el cabello largo, unos ojos color ámbar y una mirada fulminante. Unas curvas de escándalo… Sinceramente opino que deberían multarla cada vez que sale a la calle, porque debería estar prohibido ser tan guapa. Pero, ¿sabéis qué? El físico es lo de menos… Francamente hasta me sabe a poco en comparación con su increíble personalidad: ella es… Rara. No es una mujer común… Es asombrosamente enigmática, y me cuesta la vida averiguar qué opina de esto o aquello. Quizá eso es lo que más me atrae, me provoca con ese misterio. Tampoco es la típica persona normal que demuestra su afecto mediante abrazos o cumplidos, por tanto debo estar con todos mis sentidos alerta para percibir hasta el último detalle con objeto de analizar qué piensa, o si soy importante para ella. A veces tengo la sensación de que me lee el pensamiento a través de la mirada, y no me extrañaría; es inteligente hasta la saciedad. Sólo le encuentro un fallo: se supone que es heterosexual. Pero eso no ha sido un impedimento para que la ame durante casi una década en silencio, y lo que queda. Hace poco que lo confesé y ahora comienza la lucha, que aparentemente es una batalla perdida pero yo no creo en lo imposible. Ojalá algún día pueda contaros la historia completa y añadiendo un final feliz. Mientas tanto lucharé en nombre de toda lesbiana!”
Reconozco que una de las cosas que más me anima de esta revista es la sección de historias de amor. Difíciles, complejas, emocionantes.. y tan reales como las personas que las cuentan, que muchas veces tuvieron miedo, que supieron poner a prueba su paciencia, esperaron, se quisieron, viajaron, se plantearon dudas, superaron obstáculos respecto a sí mismas o a los demás… y finalmente nos cuentan que lograron lo que deseaban y cuánto tiempo han vivido su amor. Me anima muchísimo oíroslo contar, lo incorporo a mi forma de pensar y a mi vida. Gracias por compartir todas estas historias. Efectivamente, me ilusionaría poder llegar a contar algún día la mía y de la forma más bonita posible. Pero mientras no llega ese momento, os doy las gracias porque vuestros relatos, lejos de darme envidia o hacerme sentir mal por lo que no soy o no he logrado, me dan fuerza y me ilusionan. Besos a todas.