¿Habéis escuchado el típico chiste que bromea acerca de lo rápido que van las relaciones entre mujeres y dice ´qué se llevan las lesbianas a la segunda cita… ¡el camión de mudanzas!´?
Pues eso. Que no es tan solo un chiste, sino que la realidad de muchísimas parejas. Como es el caso de Rosa y Carol, que se fueron a vivir juntas a la semana de liarse por primera vez. ¡A la semana!
Todos les decían que estaban locas, pero ellas estaban locas de enamoradas. Se conocieron en la preselección para optar un trabajo en el que finalmente fueron aceptadas las dos. Ambas tenían pareja en ese entonces, y ninguna de las relaciones pasaba por su mejor momento. Carol empezó a interesarse en la tímida Rosa. No paraba de pensar en ella. Grande fue su regocijo cuando una tarde, charlando, Rosa le contó que tenía novia. ¡Qué bien! Le gustan las chicas…
Poco tardaron en dejar ambas a sus parejas y comenzar su vida juntas. Y si irse a vivir juntas a la semana pareció precipitado en su entorno, qué decir de la boda. Que fue al año de conocerse. Pero las dos lo tuvieron muy claro, querían estar juntas y formar una familia, y allí estaban toda la familia y todos los amigos, apoyando.
“Nuestra luna de miel por supuesto que tenía que ser mágica y nos fuimos a Euro Disney. Dos días antes del viaje Carol se hizo la primera inseminación en una clínica de reproducción asistida, así que nos fuimos muy felices e ilusionadas. Y ahí vino nuestro primer gran chasco, el test dio negativo. Así que decidimos cambiarnos de clínica porque en esa primera nos trataron fatal”, nos cuentan.
El sueño de la maternidad es precioso, pero también doloroso cuando no se consigue. Carol y Rosa no se rindieron. “Queríamos conseguirlo costara lo que costara y en esta segunda clínica a la que fuimos, Carol se hizo 4 inseminaciones más, la pobre llevaba gran cantidad de medicación en el cuerpo. Fueron 4 negativos. Empezamos a pasarlo muy mal”.
Cambiaron otra vez de clínica y de madre gestante. Esta vez fue Rosa la que se sometió a las inseminaciones. “Hicimos dos. Y negativas. Y esta clínica tampoco nos convenció porque dijimos que queríamos escoger donante y nos dijeron que no, que estaba completamente prohibido y que eso ya lo harían ellos y que sería como Rosa, morena de pelo rizado, pero luego escogieron un donante completamente diferente”.
Otro cambio de clínica. Esta vez intentaron con el método ROPA. A Carol le extrajeron 6 embriones y sobrevivieron 3. De esos 3 se intentó dos veces embarazar a Rosa pero también estos intentos salieron negativos.
“Ya todo se había acabado, no teníamos fuerzas para seguir intentando. Las peores experiencias de nuestras vidas.Tantas visitas médicas, tanta medicación de hormonas, tanto dinero invertido… Nos creó tanto estrés y también rechazo a los tratamientos médicos, solamente pensar tener que volver a una clínica nos produjo una ansiedad tremenda. De hecho, tenemos la sensación que parte del motivo por no conseguir el resultado deseado en una clínica fue por este rechazo emocional que llegamos a sentir por todo el tema médico… Como si este rechazo se manifestara en el cuerpo e impedía ser receptiva al tratamiento”.
Y ahí llegó la luz. Nos hablaron de la inseminación casera. La tasa de éxito era parecida a la de una pareja heterosexual manteniendo relaciones. Cryos, el banco de semen más grande del mundo, el mismo que suministra esperma a las clínicas donde habíamos estado, no solo nos daba la oportunidad de realizar la inseminación de forma natural en nuestro propio entorno, sino también de escoger cómo queríamos al donante. Su pelo, color de ojos, altura, grupo sanguíneo. Lo único que tienes que hacer tú es controlarte tu ovulación igual que hace una pareja heterosexual cuando quieren ser papás y cuando la tengas controlada, asegurar de que recibas el tanque con tiempo a tu casa. El resto es súper fácil, descongelar el esperma y con una mini jeringuilla introducirla según las instrucciones que adjuntan. La inseminación casera se hace intra -cervical, es decir que NO es como una inseminación intra-uterino en una clínica. Aunque esto significa que es un método menos eficaz, además porque no hay estimulación hormonal con medicamentos, para nosotras fue la mejor opción”.
A los días de hacer la inseminación casera, Rosa y Carol se hicieron el test de embarazo. Y esta vez dio positivo. “No podíamos creer que algo que no habían conseguido 4 clínicas lo pudiéramos conseguir nosotras solas, sin medicación en la intimidad de nuestro hogar. Después de todo lo que habíamos pasado, nuestras familias lloraban de felicidad, llevábamos 5 años luchando y nuestra preciosa hija estaba de camino. Agradecemos a Cryos que den oportunidad a las mamás de este país de elegir cómo, cuándo y dónde ser mamás, porque nos consta que hay muchas mujeres como nosotras que prefieren tener alternativas a los tratamientos médicos y poder decidir ellas mismas sobre su camino a la maternidad”.
Aina, la hija de Rosa y Carol, tiene ya un año. Como ellas dicen están agotadas, pero también increíblemente felices.
“Algo muy importante para nosotras o que nos daba vueltas en la cabeza, era si nuestra niña estaría igual con las 2 o necesitaría más de una que de la otra….y para nada, en nuestro caso es exactamente igual con una que con la otra y la notamos tranquila y feliz tanto cuando está en brazos de la mamá o en brazos de la mamaca”.
Esta familia quiere seguir creciendo, ya empezarán, a través del mismo banco de semen, a buscar un hermanito para Aina.
No te pierdas la preciosa carta que estas madres hicieron para que su pequeña lea (y vea) dentro de unos años.
https://www.youtube.com/watch?v=Vbic4CYuzp0