Una historia de amor que parece sacada de una película
“Historias de amor hay muchas, todas especiales y todas increíbles, lo sé. Pero muchas veces me han dicho que con esta, la nuestra, debería hacerse una película.
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A los 16 años me enamoré de Alonso, que era el hijo de los mejores amigos de mis padres, empezamos una relación y estuvimos juntos hasta los 24, una relación tan larga que todos pensaban que nos íbamos a casar, incluso yo lo pensaba, hasta que me di cuenta de que me gustaban las chicas.
Seguro que estáis pensando… ¿y cómo no te diste cuenta antes? Pues porque no se me había pasado por la cabeza, nos crían en un mundo tan heterosexual que no es una opción que se tenga así de buenas a primeras. Y todas esas veces que sentí algo por alguna chica pensé que era la simple admiración que se siente por una chica guapa y atractiva, y que eso nos pasaba a todas.
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Pero vamos, que yo siempre pensé que era heterosexual. Hasta que en una fiesta de la universidad una chica de otro curso me besó. Ahí todo cambió. Al primero que se lo dije fue a Alonso, lloré tanto que apenas me salía la voz. Terminamos la relación y se convirtió en mi mejor amigo y el más grande de mis apoyos. Yo empecé a salir con chicas y a vivir una especie de adolescencia otra vez, todo era nuevo y quería recuperar el tiempo perdido.
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Al año siguiente Alonso empezó una relación con una chica llamada Leti, estaba feliz y muy entusiasmado. “Me muero de ganas de que la conozcas, es increíble”, me decía. Así que quedamos a cenar. Y sí… no se quedaba corto mi amigo. Era realmente increíble. Leti era el tipo de chica que miras con fascinación, extasiada con su cara bonita, su pelo largo, que escuchas con atención porque es divertida, inteligente. Como ya podéis imaginar por mis palabras me quedé muy pillada por la novia de mi mejor amigo (y ex novio, así de retorcido todo).
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Él lo notó, soy muy evidente cuando me gusta alguien, pero se lo tomó con humor. Leti y yo teníamos tanta química que disfrutábamos mucho cuando nos veíamos. Hacíamos muchos planes los tres, nos íbamos de viaje, al cine, a cenar. En un momento pensé que Leti sentía lo mismo por mí y me lancé sin pensar en nada, ni siquiera en mi amigo y le dije lo que sentía. El chasco fue grande. Me dijo que no le gustaban las chicas, que era hetero, y Alonso se enfadó. Sí, con toda la razón del mundo. Me alejé de ellos y lo pasé mal bastante tiempo.
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Meses más tarde me fui a estudiar un máster fuera de España. Alonso y yo nos reconciliamos y no volví a saber de Leti. Ellos terminaron la relación y aquí viene un gran vuelco en la historia. ¡Alonso salió del armario! Se había dado cuenta de que realmente le gustaban los chicos y que lo tenía muy reprimido. Hace cuatro años atrás, teniendo yo 33, Leti apareció. Me pidió amistad en Facebook. Comenzamos a chatear y me invitó a tomar algo. Quedamos. Seguía tan preciosa como siempre.
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Yo en ese momento estaba iniciando algo con una chica que había conocido por tinder. Nada serio, pero salíamos y nos veíamos bastante. Para mi sorpresa Leti me contó que estaba muy arrepentida de haberme rechazado años atrás, que toda su vida había luchado contra su lesbianismo por miedo, pero que había decidido ser libre y ser feliz. Me quedé de piedra. Me fui a mi casa confundida, pero horas después la llamé por teléfono y así comenzó otra vez nuestra historia de amor, la de dos chicas que pensaban que eran hetero y se enamoraron. Todo se dio tan fácil y fue tan romántico. Mientras escribo esta historia Leti está tumbada en el sofá dando el pecho a nuestro hijo. El año pasado nos hicimos una inseminación artificial, y nuestra idea es volver el próximo año a la clínica y esta vez embarazarme yo para buscar el hermanito. Ya os podéis imaginar quién es el padrino…”
Muy bonita historia me ha conmovido, les deseo que sean muy felices, las historias de amor entre mujeres siempre me hacen suspirar, que románticas son.
Pedazo de historia, si que…
Pedazo de historia, si que es de película de verdad, impresionante.