En 1983 los sexólogos Pepper Schwartz y Phillip Blumstein realizaron un estudio en el que determinaron que después de varios años de relación monógama, la vida sexual de una pareja de lesbianas decae estrepitosamente (mucho más que la de heteros y gays). Le pusieron el nombre más fúnebre que pudieron encontrar: la muerte de la cama lésbica.
Y aunque es un tema del que muchas veces se habla en tono jocoso, una de las futbolistas más famosas del mundo acaba de visibilizarlo. Desde afuera, Ashlyn Harris y Ali Krieger parecían la pareja perfecta. Dos futbolistas exitosas, guapísimas, reconocidas internacionalmente, madres por adopción de un niño y una niña afroamericanos. Sus fotos de familia enamoraban a sus millones de fans. Por eso, cuando el año pasado anunciaron su divorcio, se rompió el corazoncito lésbico mundial.
Pocos meses después Ashlyn Harris comenzó a salir con la actriz Sophia Bush. Lo que hizo que muchas fans a las que se les desdibuja fácilmente la línea de su propia vida y las de las demás, se lo tomaran como un agravio personal y comenzaran a insultar y a acosar a la futbolista, por una supuesta infidelidad a Ali.
Harris ha participado en el podcast Naked Sports, dando así su versión de por qué se terminó la relación que mantuvo durante 13 años con su ex esposa. “No es una conversación fácil de tener con nadie, cargar con la vergüenza de no sentirse amada y querida. Me sentí tan avergonzada y tan apenada que no sabía cómo decirle a la gente que mi esposa no quería tocarme o no quería tener intimidad o no quería esto”.
Ashlyn dice que para intentar mejorar su inexistente vida sexual incluso se le ocurrió abrir la pareja, pero que al pensarlo bien se dio cuenta de que no era lo suyo. Por otro lado, asegura que dejó de sentirse una prioridad para su esposa. Que sentía que en la escala de Ali estaban el fútbol, el trabajo y los niños.
Según cuenta en el podcast, sus hijos fueron otra razón para divorciarse. Ashlyn se sentía mal, perdida de sí misma, insegura, triste, avergonzada, y no quería proyectar esto en los niños. Quería que la vieran bien, feliz.
Su mensaje final fue hacia la gente, las fans, que tal cómo dijo, no pueden saber lo que realmente ocurrió ni opinar que ella no sufrió en el proceso de divorcio. “Es lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida. Y creo que la gente no se da cuenta. La gente piensa que sólo una persona sufrió, o que hay que elegir un bando, que hay que castigar a esa persona porque la idea que se tenía a través de las redes sociales no pudo satisfacer las expectativas”, dijo. “Sin embargo, no has vivido mi experiencia. Eso es algo en lo que no estoy dispuesta a ceder después de haberlo hecho durante tanto tiempo: vivir mi vida para otras personas a través de esta lente de las redes sociales, algo que ya no puedo hacer. Te destruye”.