“¿Que ésa es lesbiana? ¿Estás segura? Ahora mismo le tiro ficha…” ¿Quién no ha escuchado estas frases (o las ha dicho) en alguna ocasión? Enterarse del lesbianismo de una amiga, compañera de trabajo o vecina es objeto de chismorreos, esperanzas, sueños y, cómo no, exámenes de conciencia.
¿Pero qué es lo que conocemos por “salir del armario”? Pues se refiere ni más ni menos que al hecho de hacer pública tu condición de homosexual. La frasecita fue escuchada por primera vez en 1869 de labios de un alemán, Karl-Heinrich Ulrichs, que había proclamado a los cuatro vientos sus gustos en un Congreso de Juristas celebrado en Múnich dos años antes. Se especula con que el uso de esta frase deriva directamente de la frase inglesa to have a skeleton in the cupboard (“tener un esqueleto en el armario”), que hace referencia a lo que se tiene escondido, celosamente guardado, secretos que no queremos que salgan a la luz.
“Hacerse visible” en el trabajo no deja de ser un tremendo obstáculo para muchas. En nuestras mentes aún resuenan los ecos del americanísimo juicio que se llevó a cabo en The L Word contra la capitana Tasha Williams bajo la acusación de “conducta homosexual”, o la tremenda repercusión que tuvo lugar en el mundo del tenis cuando la tenista Martina Navratilova admitió públicamente ser lesbiana allá por los ochenta.
Yo conozco dos casos en el Ejército Español que son totalmente opuestos pese a tener lugar en el mismo cuartel: una soldado que jamás ha ocultado sus preferencias y nunca tuvo ningún problema, sino más bien al contrario, y una cabo que considera que después de que su jefe se enterara de su condición éste ha cambiado de conducta y hace todo lo que puede para que se sienta incómoda. Cuando hablamos de esto las tres me doy cuenta de que la actitud es importantísima para ser aceptada sin problemas, ya que la soldado trata el tema con una naturalidad pasmosa, mientras que la cabo aún lo considera un poco tabú.
Armario y trabajo, conceptos que para muchas van de la mano. Y es que hay trabajos y trabajos: a Ellen DeGeneres, por ejemplo, no le va mal con su show (al contrario). Es una de las mujeres más influyentes y más importantes de la televisión estadounidense. Eso ahora, no obstante, cuando salió del armario en 2007, lo pasó realmente mal y le costó encontrar apoyo.
No es el caso de Jodie Foster, que se ha tomado décadas en reconocer su lesbianismo. ¿Qué le sucede a las lesbianas famosas con el armario? ¿Temen perder popularidad y contratos por reconocer públicamente su orientación?
Sin irnos tan lejos, tenemos a nuestra Elena Anaya dedicándole el Goya, conseguido a la mejor Interpretación Femenina Protagonista en La piel que habito, a “su amor” Beatriz Sanchís, con la que mantiene una relación desde 2008. Incapaz de referirse a “su amor” con un “ella”, muchas personas se enteraron casualmente de su lesbianismo al publicar la revista Cuore las fotografías de Elena y Beatriz desnudas en la playa.
También tenemos a Nagore Robles (ganadora de Acorralados) y a su ex-pareja Sofía Cristo, que nunca ocultaron su relación. Al contrario, se habló hasta el agotamiento de sus idas y venidas en los programas del corazón.
Sandra Barneda (presenta El Gran Debate junto a Jordi González y De buena ley) no ha admitido públicamente su sexualidad aunque supuestamente, en octubre de 2009, contrajo matrimonio con la también periodista Tània Sàrrias. Más tarde, en abril de 2013, en una entrevista con Javier Sardà, éste dice que Sandra es una persona muy reservada ya que, a pesar de haber trabajado juntos, no sabe casi nada de ella y le pregunta si está casada, a lo que Sandra responde que no, dejando a todos boquiabiertos y asegurando que él es el primero que le pregunta.
En una entrevista que le hicieron en Interviú, en mayo de este año, no se reconoce abiertamente como lesbiana porque “aún me estoy conociendo a mí misma”, asegura. “No soy mitómana, pero no me hubiera importado tener una aventura con Mónica Bellucci”. Su declaración me suena un poco como cuando tu novia te dice: “No, si yo no soy lesbiana, es que a mí me gustas tú”. Y yo me pregunto: ¿quién rechazaría tener una aventura con la Bellucci?
En fin, no nos cuenta nada nuevo la chica, excepto que no está casada y, personalmente, la noticia me parece estupenda. Sólo nos resta leer su libro Reír al viento en busca de respuestas escondidas entre líneas.
En general, ya no resulta ninguna novedad “salir del armario”, ni que esa vecina demasiado joven te lance miradas a lo Violet de Lazos Ardientes cuando os cruzáis en la escalera, pero aún nos sorprendemos cuando nos enteramos de que Samantha Fox (la de la teta al aire) es lesbiana, o leemos que Carmen Electra apoya activamente al colectivo en todos los saraos. Este tema incluso puede ser tachado de manido, porque en boca de todos están los tópicos “El mundo ha cambiado mucho” y “Ahora ya no hay problema, mujer, antes era distinto”, pero no todo el mundo tiene tanta facilidad para declarar que ama locamente a las mujeres, ni mucho menos, sobre todo cuando se teme una reacción negativa.
En MíraLES queremos que las famosas lesbianas salgan del armario. Que con su ejemplo abran camino, que cambien el mundo, cambian las mentalidades. Fue el reclamo de nuestra campaña de 2011, pidiendo referentes, y sigue siendo una de nuestros más grandes anhelos.
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Quisiera aclarar primero que es verdad que Samantha Fox es lesbiana, pero la de la teta al aire es Sabrina Salerno (hetero que yo sepa).
Es complicado declararse como lesbiana porque muchas nos sentimos bisexuales. Eso para empezar. Las etiquetas no gustan…
La palabra “lesbiana” se utiliza mucho de manera despectiva. De hecho, mi madre no la usa nunca por ese motivo. Gay suena bien, pero lesbiana parece que no.
Referentes? Son necesarios para no sentirse “rara” y sola ante algo que al principio nos puede costar más o menos aceptar. Y no tienen por qué ser famosas o mujeres ilustres. A mí me gustaría más que mi peluquera, por ejemplo, me hablaran de sus novia con naturalidad. La visibilidad debería de ser lo “normal”
Tienes razón, Lucy75, entono el “mea culpa”, Sabrina es la culpable de aquel mítico pecho al aire.
En cuanto a las etiquetas, creo que ya no existen, se trata simplemente de que en castellano nos gusta llamar a las cosas por su nombre y todas nos vamos ocupando poco a poco de que cada día se vea con naturalidad.
A falta de visibilidad entre la gente de nuestro entorno, hace falta sin lugar a dudas saber que no estás sola, y ahí es donde entra la gente famosa. En cuanto a la palabra, eso depende de la vergüenza que te dé a ti; “negro” también suena despectivo y sin embargo una persona de color no puede negar que lo es, le guste o no la palabra.
En el modo de abrirnos al mundo se ve si nos hemos aceptado plenamente o con alguna reserva; es cuestión de cada una.
Pero creo que es más complicado que eso, muchas pensarán que por qué tienen que dar detalles de su vida personal, sean lesbianas o no. A mi muchas veces no me apetece decir que soy lesbiana a ciertas personas, en realidad a quienes me importan cero. En cambio a otras me siento mal si no afronto claramente el tema. Decir que no todo es blanco o negro es un tópico que me viene al pelo en estos momentos.
Pues yo creo que todo el mundo debería salir del armario y con naturalidad, así se acabarían muchos problemas y aún me asombra que no las famosas sean tan reticentes al respecto con lo influyentes que son y el bien que podrían hacer…. Yo tengo el ejemplo en casa durmiendo a mi lado; mi novia sólo sale del armario en casos imprescindibles cuando se ve muy atrapada y no le queda mas remedio, con sus caras de inseguridad le hace llegar el mensaje a la gente como algo malo y yo con mi naturalidad se lo hago llegar a los demás de la misma manera. Siempre te encuentras con gilipollas por el mundo pero me da igual, yo no me vendo y se que reconocer abiertamente mi lesbianismo a ayudado a otras chicas que estaban dentro de sus armarios acorazados y he ido conociendo por el camino
Depende de quien si que se puede tomar ejemplo, pero de otras mejor que no…. Para los hombres los gays les dan asco pero las lesbianas somos como el deseo de todos ellos, hacen bien en no decir nada, porque hay muchos de estos que acosan a saco para que le expliques todo y eso es muy incómodo
Por cierto esa es la principal fuente de discusiones con mi novia….su armario….
huhkl
El problema de la farándula es lo que es “socialmente aceptable” vivir de la imagen y de una vida a veces hasta falsa es necesaria por el simple hecho de quedar bien con algún conecte importante o algún grupo social.
Es una vida de falcedad e hipocrecia, tendrá sus lados buenos como dinero y fama pero al precio de ocultar y hasta enterrar muchas veces tu verdadera escencia.
Si yo fuera famosa no tendría problemas para decir que soy lesbiana. Nunca lo he tenido. He tenido problemas después de decirlo pero eso ya es otro tema!
Esa actitud es la que hace que todo sea más fácil;yo hago lo mismo, y al que no le guste…
Meritxel es cierto que hay muchos hombres así y es incómodo cuando te acosan pero creo k si no nos hacemos visibles no cambiarán las cosas. También pienso que los hombres gays están mucho mejor vistos y nosotras invisibilizadas, como siempre a lo largo de la historia…
Jorge javier vazquez a las señoras mayores de mi barrio les parece muy majo y muy gracioso pero están deseando que yo “me eche un novio en condiciones pa k se me kite la tontería” y no entienden cómo Elena Anaya “con lo guapa que es no ha encontrado un hombre” y de Nagore lo mas suave que dicen es “viciosa”…
Yo estoy contigo, Aroa. Incluso pienso que salir del armario es una responsabilidad social que tenemos. Cuando salimos del armario nos convertimos en referencia para otras personas. La gente pone cara al lesbianismo. Combatimos la lesbofobia que nace de la ignorancia, y nos convertimos en un ejemplo para esas mujeres que tienen miedo o que no saben lo que les sucede. Las famosas lesbianas tienen una responsabilidad aún mayor. Ellas tienen más fácil cambiar las cosas con su ejemplo. Son conocidas, influyen…
Sinceramente me da igual quien es o no es lesbiana… Yo lo que quiero es que deje de ser incomodo el hecho de decir si mi novia… Que a decirlo no te quedes pensando lo habra tomado bien… Quiero naturalidad total! Los heteros no se sienten obligados a decir si si me novi@ para aclarar nada. YO veo que aunque hoy en día se lleva mejor aun no se ve “normal” ejemplo las famosas que se sienten obligadas a decir yo no hablo de mi vida personal… Mirar como la Penelope no habla de su vida pero sabemos que es hetero… Las famosas lesbianas se esconden o al menos lo intentan (algunas lo hacen muy bien) otras no…
Estoy totalmente de acuerdo en la necesidad de los referentes, sean famosos o no. No obstante, también creo que tan importante es el quién como el cómo, y en esto último tienen un papel relevante los medios de comunicación. Digo esto porque muchas veces el tratamiento mediático que se le da “al sector” (como me gusta llamarlo en broma) lejos de hacernos un favor, nos hace una putada. Personas como mi madre, creen en los tópicos que salen en la tele y este es uno de mis temores para salir del armario ante ella. Por este motivo creo más en los referentes de a pié, anónimos, en la gente que me rodea, que en los famosos.
Afortunadamente veo que esto está cambiando y para prueba, Mirales, todo un ejemplo de buen hacer en comunicación. Lástima que mi madre no se maneje por el ciberespacio. Así que me toca seguir con la lucha 😉
Felicidades por la revista!
Ellen salió del armario a fines de los noventa, con su mítico “Puppy Episode” (por favor, buscar en Google/YT), de su recordado programa cómico “The Ellen Show”. Tras verlo, en 1999, rompí en llanto. Dijo todo lo que yo quería decir, en unos pocos minutos que concentraban todo lo subyacente en mi, y estoy segura de que en miles de chicas. Esa tarde tenía una cita con un chico. Un ejemplo de cómo un role model nos ayuda a aclararnos. En el caso femenino es más que un imperativo. Pero luego llega la tensión intimidad/visibilidad y claro… Me ha dado pena enterarme de la ruptura de Nagore Robles con Sofía Cristo. Salir del armario siendo figura pública es un acto de amor, aparte de eso. Si encuentras un corazón que valga la pena, hacerlo saber.
Yo creo que cada uno debe hacer lo que quiera y lo que pueda. Aunque Elena sea o no sea, quién somos para presionarla u obligarla a hacer esto o aquello.
Me parece increíble que la gente se vea con autoridad para decidir sobre otras personas, caemos en el mismo error de siempre, ¿acaso no nos quejamos nosotras de las obligaciones “morales” que nos impone la sociedad? ¿vamos a imponer nosotras otras obligaciones morales?
¿Coaccionar la libertad de alguien porque es famosa? ¡Venga ya!
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