Tailandia, Vietnam, Camboya, Laos… ¿Cómo es ser lesbiana en el Sudeste asiático?
Soy mujer, empresaria, española y lesbiana. Mi vida en Tailandia es fascinante. Principalmente porque el país me enamora, con sus locales de masaje tailandés a precio de risa en cada esquina, su sonriente y divertida población, los puestos de batidos y zumos tropicales que invaden las calles, sus incomparables playas, o su mezcla de desarrollo tecnológico y naturaleza salvaje en el mismo metro cuadrado. ¡Ah! Y por supuesto sus hermosísimas mujeres.
En comparación con Madrid, mi ciudad natal, Bangkok, mi ciudad temporal, es un desierto de bares y locales para lesbianas. Prácticamente no hay ninguno, excepto algún restaurante regentado por dueñas lesbianas a los que de vez en cuando acuden sus amigas, así que no tenía un bar al que acudir los fines de semana para mezclarme con mis congéneres (y ligar). Sin embargo, hay un evento que me encanta, la Lesla Party (portada y arriba), que suele hacerse una vez al mes en un local espacioso y atractivo. El 90% de las chicas son asiáticas, así que aquí la exótica es la extranjera que se ha aventurado a venir. Un evento sobre todo bailongo, divertido y con mucho buen rollo. No hay muchos mas eventos para nosotras, pero sin embargo, hay una grandísima comunidad lésbica en Tailandia que suele conocerse y comunicarse a través de internet. En el mundo de la red hay muchísimo movimiento, quedadas, citas, etcétera. No da para aburrirse. Además, por la calle ves multitud de parejas de lesbianas, aunque las que van de la mano suelen ser parejas extranjeras, ya que las muestras de afecto no son algo muy extendido entre tailandeses, ya sean heterosexuales u homosexuales. No porque no sean fogosos o cariñosos, que lo son, sino porque mostrarlo en público es un tabú en todo el Sudeste asiático. Sin embargo, si te vienes para acá, puedes ser tú misma con tu pareja en cualquier parte, nadie te increpará o te mirará.
Por cierto, no te puedes perder la entrañable película de Yes or No (pincha aquí para ver la peli). Sus creadores no contaron con ningún apoyo debido a la temática lésbica del guion e hicieron la película casi sin presupuesto; sin embargo, el film reventó todas las expectativas y fue una de las más vistas hasta la actualidad en el cine. Tanto, que se llegó a rodar la segunda parte, igualmente exitosa (pincha aquí para ver la segunda parte).
En mi tiempo libre, suelo aprovechar para ver más países del Sudeste asiático. Vietnam me enamoró completamente, sin embargo su gente es bastante menos abierta que en el resto del Sudeste y no verás visibilidad por ninguna parte. No porque sean menos homosexuales, sino porque son mucho menos espontáneos y accesibles. Sin embargo, su gobierno ha planteado ya alguna vez la posibilidad de legalizar el matrimonio homosexual, algo que por ahora se ha quedado en agua de borrajas. Esta exposición, (abajo) de la que hablamos recientemente en MíraLES, es de las pocas que visibiliza la realidad homosexual. Vietnam posee los paisajes mas impresionantes de la zona (la bahía de Halong, por ejemplo) y las ciudades más hermosas (¡no te pierdas Hoi Han!). Aun no siendo especialmente abiertos, puedes ir de la mano de tu pareja por la calle sin tener ningún problema. Es más, en las ciudades más importantes, como Ho Chi Min o Hanoi, la mezcla entre culturas es tal, que te sentirás como en casa.
Camboya y Laos son otra historia. Otra época.
Me resultó imposible encontrar fiestas o eventos de lesbianas buscando en Internet o preguntando a los lugareños que me parecían más modernos. (Puedes imaginar la cara de sorpresa que me pusieron). Aun así, como en el resto de países, alguna pareja de chicas occidentales acarameladas pude ver en Luang Prabang (una de las ciudades mas importantes de Laos) y unas cuantas en los maravillosos templos de Angkor (Camboya), donde, claro esta, el 80% de la gente somos turistas.
Aun siendo dos poblaciones muy pobres, más gente de la que parece tiene móvil, ya que acceder a uno y tener internet es muy barato. Sin embargo, como el 80% de la población vive en el campo y prácticamente no sale de su comunidad, no resulta fácil conocer chicas. Menos mal que las motos empiezan a hacer acto de presencia (en las ciudades principales verás que hay tantas motos como personas) facilitándoles el ir a las grandes urbes para vender sus cosechas y si eso, conocer gente.
Camboya ha salido recientemente en los medios de comunicación LGTB por la absurda noticia sobre el primer ministro de Camboya, que a la vez que proclamaba el derecho de gais y lesbianas a integrarse en sociedad y tener derechos, privaba a su hija de cualquier derecho hereditario por ser lesbiana. En fin, un cachondeo, como todo en el gobierno del país. Por cierto, en Camboya también triunfó inesperadamente una película lésbica. Se titula ¿Quién soy? (foto de la izquierda) y fue vista por 4.000 personas. Tú dirás ¡qué pocas! Pues para ser Camboya, un país con poco presupuesto cinematográfico y muy poca población con dinero para ir al cine, esa cifra supone un éxito rotundo. Visita la noticia extendida aquí.
En definitiva, el Sudeste asiático es un magnífico lugar para vivir tu identidad y tu orientación libremente, seas transexual (ya sabéis que las llamadas lady boys tienen un lugar reconocido en la sociedad desde hace cientos de años), seas bisexual, gay o lesbiana. El budismo, que es la religión imperante en la zona, no condena ninguna de estas realidades, al contrario que muchas occidentales, y comprende la sexualidad como una energía que debe vivirse equilibrada y activamente para tener salud mental, física y espiritual. En este sentido su respeto por la libertad sexual individual es, en mi opinión, más evolucionado que el nuestro.
Muchas gracias por lo compartido, no estaria nada mal ir allí ,
Nos haces de guia.
Podiamos hacer un grupo de buenas intenciones y disfrutar de aquella libertad y
paisajes.
Un saludo
[…] es un destino perfecto para desconectar y el destino más gayfriendly de Asia. Bangkok cuenta con un bario gay y varias alternativas de ocio para lesbianas. La capital es grande, mágica, agobiante, pero realmente increíble. Merece la pena perderse y […]