Te lo contamos en 2012. Cecil Chao, un magnate inmobiliario de Hong Kong, ofreció una suma millonaria a un hombre que conquistara y se casara con su hija. El reto era bastante difícil porque la hija de Chao, Gigi Chao, es lesbiana.
Pero bueno, acaso el dinero, perdón, acaso mucho mucho dinero (65 millones de dólares), ¿no alcanzan para comprar y cambiar una orientación sexual? Parece que no.
La familia Chao recibió más de 20 mil propuestas de matrimonio. Incluso de mujeres que ofrecían a sus propios maridos. Pero Gigi tenía novia y se fugó con ella a París para casarse en secreto.
A su padre no le hizo nada de gracia así que dobló su apuesta. Ofreció dos años después 127 millones de dólares a cualquier hombre que enamorara a su hija.
Pero tampoco resultó. Y no le quedó otra que hacer como tantas madres y padres no millonarios: aceptarlo. Porque así se lo pidió su hija publicando una carta abierta en South China Morning, un periódico de Honk Kong. “Querido papá”, comenzaba la misiva. “Sé que es difícil para ti entender que me sienta atraída sentimentalmente por una mujer. No puedo explicármelo a mí misma. Pero son cosas que ocurren”.
Además de pedir su aceptación aunque no lo entendiera, agregó “lo siento por engañarte y hacerte pensar que sólo mantenía una relación lésbica porque no había hombres buenos y adecuados para mí en Hong Kong. Hay muchos hombres buenos. Pero, simplemente no son para mí”.
¿Qué ha sido de Gigi Chao, diez años después? Se ha convertido en una reconocida activista por los derechos LGTB. “Ha sido capaz de darle un giro cómico a un tema que a menudo está plagado de muchas tragedias y tabúes”, dijo en una entrevista.
Gigi es asesora del programa de Naciones Unidas Being LGBTI in Asia, fundó la fundó la organización Hong Kong Marriage Equality para luchar a favor del matrimonio igualitario en su país, y ha liderado diversas luchas individuales de mujeres lesbianas que, por ejemplo, no han conseguido visados para estar con sus parejas en Hong Kong, algo que a las parejas masculinas sí se les permite.
La historia de Gigi Chao es una inspiración. Cómo darle la vuelta a la lesbofobia con valentía y así luchar por un mundo mejor para todas.